El lado B del Festival de la Leche y la Carne Osorno 2025, encabezado por la administración de Jaime Bertin, cometió graves errores que pudieron afectar la imagen de Osorno.
Seguridad y Salud
Tras finalizar la competencia folclórica y conocer al ganador, una competidora del grupo triunfador se desmayó en la parte trasera del escenario. Pasaron más de 20 minutos hasta que recibió asistencia y fue trasladada a un centro asistencial. No es aceptable que un evento de tal magnitud no cuente con un equipo de salud preparado para atender emergencias en el área del espectáculo, ni que haya un desfibrilador automático disponible con personal capacitado para una rápida respuesta.
Espectáculo
El festival contó con dos actos destacados: la banda chilena Los Jaivas y el cantante urbano Pailita. Sin embargo, la programación fue problemática, ya que Los Jaivas no podían presentarse el mismo día que los humoristas Cebolla y Bodoque, dado que ambos estilos son incompatibles con el público. El segundo día, la banda local Von Pluma, que ofrece rock en español e inglés, también resultó incompatible con el espectáculo urbano de Pailita.
La presencia de artistas locales como La Concuerda, Von Pluma y Violeta Meier en horarios tan tempranos fue una pésima plataforma para mostrarse al público osornino y a los visitantes.
Festival para Potenciar Osorno
Aunque este gran evento se creó para desarrollar nuestra comuna y mostrarla a Chile, en 2025 careció de esos objetivos. El horario de inicio, a las 18 horas un día viernes, fue un gran inconveniente, ya que muchos todavía estaban saliendo de sus trabajos, lo que dificultó su llegada al espectáculo. Además, quienes visitan la zona y disfrutan de las playas durante el día se vieron limitados en su oportunidad de disfrutar del festival.
La selección de artistas también tuvo un impacto negativo en el comercio local, ya que el público asistía principalmente para ver el plato fuerte de cada jornada y se retiraba después.
Jaime Bertin, impulsor de este magno evento que había logrado posicionar a Osorno como una potencia en actividades culturales, en 2025 ha puesto en riesgo ese trabajo arduo realizado.