Las elecciones parlamentarias dejaron un golpe inesperado para la órbita política del senador Fidel Espinoza (PS). Sus dos candidatos más cercanos, Manuel Ballesteros Curumilla (PS) en el distrito 26 y Ramón Espinoza Sandoval (PPD-PR) en el distrito 25, sufrieron derrotas contundentes, obteniendo apenas 5% y 5,2% de los votos, respectivamente. La magnitud del resultado no solo los dejó lejos de cualquier posibilidad de escaño, sino que abre un serio cuestionamiento sobre la capacidad del senador para sostener su influencia territorial en Los Lagos.
En el distrito 25, Ramón Espinoza Sandoval era presentado como una figura capaz de heredar parte de la base electoral articulada en torno al senador Espinoza durante años. Sin embargo, el 5,2% logrado refleja un electorado que no respondió al llamado, ni al despliegue territorial, ni a la marca política tradicional que el entorno del senador ha buscado consolidar en la provincia de Osorno. El resultado deja a Espinoza Sandoval completamente fuera de la disputa y evidencia una disminución en la adhesión hacia su referente político.
La situación no fue diferente en el distrito 26. Manuel Ballestero, Jefe de Gabinete del senador Espinoza, tampoco logró traducir ese respaldo interno en apoyo ciudadano. Con solo un 5% de los votos, Ballesteros quedó relegado a los últimos lugares, sin capacidad de competir frente a candidaturas con mayor arraigo o renovación. Su desempeño evidenció el desgaste de un proyecto político que, durante años, se apoyó en la estructura socialista regional asociada al senador.
Esta doble derrota puede marcar un punto de inflexión. Por primera vez en más de una década, el senador Espinoza podría enfrentar una reducción real de su radio de influencia en Los Lagos: pierde representación directa en la Cámara de Diputados, no consolida recambio en su propio sector y ve a su base electoral desmarcarse de los nombres que él respaldó explícitamente. La baja votación obtenida por los candidatos del “entorno Espinoza” obliga a preguntarse si el electorado está demandando renovación, si rechaza la instalación de figuras asociadas a redes familiares o de confianza del senador, o si simplemente el desgaste acumulado terminó por pasar la cuenta.