En Osorno, la discusión sobre la construcción de un nuevo estadio municipal se intensifica, pero es crucial aprender de los fracasos recientes en proyectos similares. Dos ejemplos destacados son el Estadio Ewaldo Klein de Puerto Varas y el Estadio Municipal de Melipilla, Roberto Bravo Santibáñez, que han enfrentado graves retrasos y problemas de ejecución.
El Estadio Ewaldo Klein, cuya remodelación inició el 25 de septiembre de 2017 con una inversión superior a los 2 mil millones de pesos, ha sido un claro ejemplo de ineficiencia. A pesar de los anuncios optimistas, las obras han sido pospuestas y se espera que solo en 2025 se retomen, enfrentando aún más obstáculos, incluida una presentación en Contraloría que complica el proceso.
Por otro lado, el Estadio Municipal de Melipilla ha estado en un estado de abandono desde 2019. Las obras, inicialmente programadas para completarse en 2020, se han estancado debido a la falta de recursos, con un déficit de 5.000 millones de pesos señalado por la alcaldesa Paula Gárate en noviembre de 2024.
Estos casos subrayan la necesidad de un enfoque bien estructurado y realista para el nuevo estadio de Osorno. La comunidad merece un proyecto que no esté politizado y que sea viable en términos de recursos, para evitar que se convierta en otro sueño roto. La experiencia reciente debe guiarnos hacia un futuro más prometedor y responsable en el desarrollo deportivo de la comuna.